“…En Cuba, su cultivo se concentra en la región oriental, debido a las características edafoclimáticas de zonas con suelos friables y altas precipitaciones anuales (1700 -2500 mm), el 68 % de las plantaciones del país y el 80 % de la producción, se ubican en el municipio de Baracoa, de la provincia de Guantánamo (Suárez et al, 2013).En el estudio de la cadena productiva del cacao (Selva-Hernández et al, 2015) en las provincias cacaoteras de Cuba (Guantánamo, Santiago de Cuba, Holguín y Granma), se definieron los factores limitantes que provocan los bajos rendimientos en el cultivo, dentro de los que se destacaron, la despoblación de las plantaciones por mal manejo, baja producción y baja calidad de posturas, poco uso de fertilizantes orgánicos (3,60 % abonos verdes, 31 % compost), poca disponibilidad de documentación técnica sobre el establecimiento y manejo de viveros y plantaciones, entre otras.El empleo de técnicas agroecológicas como el uso de abonos orgánicos y biofertilizantes constituyen alternativas para la nutrición de las plantas (Martín Alonso et al, 2014) y así lograr una agricultura resilente (Le Mire et al, 2016;Mahanty et al, 2017). Se ha encontrado que la adición del humus de lombriz a los suelos y a los sustratos, incrementa el crecimiento y la productividad de Solanum lycopersicum L., Phaseolus vulgaris L., Zea mays L., entre otros (Veobides Amador et al, 2018), mediante la mejora significativa en las propiedades físicas, químicas y biológicas de los mismos y su acción bioestimuladora sobre el crecimiento de las plantas, mediante la producción de fitohormonas (Broz et al, 2016).La cáscara de cacao es otro de los abonos orgánicos utilizados, que constituye un subproducto originado del procesamiento de sus frutos, que se acumulan en grandes cantidades en las áreas de cultivo. La misma posee características positivas, que la hacen idónea para la producción de posturas, como la alta capacidad de retención de…”