No es la economía, estúpido. La evolución del perfil del desafecto español pre y postcrisis

Abstract

of crisis; what contradicts the culturalist theses previously held. The components of this attitude-political disengagement and institutional disaffection-present opposing tendencies, too. Up until now, both of them showed parallel trends, increasing or decreasing at the same time. At present, however, a disruption has occurred. Consequently, and given the importance of the juncture, this article tries to verify whether changes in disaffection are more influenced by economic junctures (as it is widely held in literature) or by political ones. Methodologically, discriminant analysis is used to know at an individual level the factors that determine the nature and characteristics of political disaffection in Spain. The main conclusion points to the importance of the political situation in the profile of disaffected Spaniards.

¿Hacia una nueva cultura de la participación en el ámbito local?

“…Los ciudadanos cuestionan las instituciones centrales de la democracia representativa, en especial los partidos, Parlamentos y Gobiernos. Así, en España se ha detectado un descenso de la confianza en las instituciones y en la actuación de los políticos(Megías, 2020). Esta tendencia se evidencia en estudios como el Eurobarómetro(Standard 98, 2022(Standard 98, -2023 según el cual el 90% de los españoles desconfía de los partidos políticos, el 78% del Congreso de los Diputados y el 73% del Gobierno.…”

La competencia moral de los concejales españoles

“…Un elevado nivel de desafección social hacia la política y las personas que se dedican a ella (Megías, 2020), con la consiguiente devaluación de las instituciones del Estado, supone una indudable amenaza para cualquier sistema democrático. Por esta razón, el hecho de que la psicología positiva procure aclarar el fundamento de ese rechazo social y apuntale las claves para su enmienda ha de ser entendido como un servicio público, pues uno de sus postulados teóricos es la promoción del bienestar y la calidad de vida (Poseck, 2006) en su sentido más amplio, siendo indispensable que el perfil moral de quienes tienen la responsabilidad de orientar las políticas públicas esté en sintonía con tal propósito.…”