“…Por otro lado, en términos de atractivo, las mujeres con hijos suelen considerarse menos atractivas en el mercado matrimonial debido a que una nueva unión con ellas acarrea mayores costos y supone enfrentar la complejidad de conformar un hogar ensamblado (Gałęzewska, Perelli-Harris y Berrington, 2017;De Graaf y Kalmijn, 2003; Ivanova, Kalmijn y Uunk, 2013; Vanassche y otros, 2015). Finalmente, en términos de oportunidades, las personas que viven con hijos de su primera unión tienen menores posibilidades de gozar de una vida social activa que les permita conocer una potencial pareja y, por ende, la probabilidad de conformar una nueva unión es menor (Beaujouan, 2012;Koo, Suchindran y Griffith, 1984;Meggiolaro y Ongaro, 2008;Vanassche, Corijn y Matthijs, 2015). Si bien esta probabilidad es baja, puede incrementarse cuando se conocen potenciales parejas que también tienen hijos de la primera unión, lo que sucede principalmente porque estas personas suelen concurrir a lugares en donde este perfil es más frecuente (De Graaf y Kalmijn, 2003;Lampard y Peggs, 1999;Sweeney, 1997Sweeney, y 2010Vanassche y otros, 2015).…”