Introducción.
El ictus cerebral isquémico arterial perinatal (IIAP) es una entidad casi tan frecuente como en la época adulta, que ocasiona secuelas neurológicas importantes.
Objetivo.
Describir las situaciones de riesgo que rodean a estos neonatos, la clínica que manifiestan, el manejo, la rentabilidad de las pruebas diagnósticas y las secuelas neurológicas.
Pacientes y métodos.
Estudio observacional de una cohorte de pacientes formada por neonatos ≥ 35 semanas de edad gestacional diagnosticados de IIAP entre 2010 y 2021 en nuestro hospital.
Resultados.
Se incluyeron 22 casos de IIAP, y su incidencia en nuestro centro fue de 1/1.869 recién nacidos vivos. El 81,8% tuvo algún factor de riesgo intraparto y en el 40,9% se aglutinaron varios. Comenzó con convulsiones (edad media 27,3 horas) el 77,3% de casos. Los pacientes con ictus del hemisferio izquierdo tuvieron más secuelas (77,8%) en comparación con los derechos (16,6%) (
p
= 0,041), a expensas de la parálisis cerebral infantil (
p
= 0,04), mientras no encontramos diferencia en la frecuencia de alteraciones del lenguaje (
p
= 0,06) entre hemisferios. El tiempo medio de seguimiento fue de 6,13 años ± 3,06. El 63,6% de los neonatos tuvo secuelas neurológicas: parálisis cerebral infantil (40,9%), trastornos del lenguaje (22,7%) y discapacidad intelectual (9%). Desarrolló epilepsia el 18,2% (entre 0,25 y 1,8 años) y se mantuvo el tratamiento anticrisis tras el alta en el 37,5% de los casos en los últimos años del estudio.
Conclusiones.
Ante un neonato con convulsiones hay que descartar un ictus cerebral. El IIAP ocasiona secuelas neurológicas en más del 60% de los casos. Su identificación precoz es fundamental para mejorar el pronóstico neurológico y evitar el uso prolongado de fármacos anticrisis cuando resulte posible.