El trauma cardíaco penetrante continúa siendo un desafío médico durante su manejo inicial y evolución posterior, caracterizado por la necesidad de un abordaje quirúrgico de emergencia para aquellos con mayor inestabilidad hemodinámica y con altas probabilidades de fallecer sin una intervención inmediata y adecuada, mientras que para aquellos con menor inestabilidad inicial, el empleo de estudios de imagen favorece la toma de decisiones posteriores, justificando el empleo de un tratamiento conservador o en contraparte, una eventual cirugía electiva. Esta revisión caracterizó algunas de las principales particularidades propias de este tipo de trauma, y que permitirá afrontar con mayor seguridad la alta mortalidad que se le atribuye durante sus primeros minutos y horas de evolución.