Introducción. La hemorragia digestiva ocasiona el 2 % de las hospitalizaciones; se clasifica en alta o baja, la primera se presenta en el 80 % de casos. Después de la estabilización hemodinámica, se determinan la causa y el tratamiento mediante la endoscopia; no obstante, esta falla en 10 a 20 % de los casos, y del 15 al 20 % requieren cirugía mayor, con una mortalidad de más del 40 %. El tratamiento para la hemorragia digestiva mediante la formación de émbolos de los vasos mesentéricos, es una conducta bien establecida, produce buenos resultados, evita la cirugía y disminuye la morbimortalidad.
Objetivos. Determinar la indicación y el éxito del tratamiento endovascular para la hemorragia digestiva en nuestra institución.
Materiales y métodos. estudio retrospectivo y descriptivo, se incluyeron 10 pacientes que requirieron la urgente formación de émbolos por falla o imposibilidad del manejo endoscópico, y que presentaban gran riesgo quirúrgico y anestésico con la técnica abierta.
Se evaluaron la causa de la hemorragia, la arteria comprometida, los hallazgos angiográficos, la hemoglobina antes y después de la formación de los émbolos, la reincidencia de la hemorragia, las complicaciones, la necesidad de intervención quirúrgica, la eficacia del procedimiento y la mortalidad a 30 días.
Resultados. Todos los pacientes se intervinieron por vía endovascular, para la oclusión selectiva de las arterias comprometidas. La hemorragia se controló en todos ellos. Se presentaron dos muertes tempranas (<30 días) no asociadas con el procedimiento. No hubo complicaciones secundarias a la formación de los émbolos o al acceso percutáneo y, tampoco, necesidad de cirugías mayores posteriores para controlar la hemorragia.
Conclusión. Los métodos endovasculares para controlar la hemorragia digestiva son eficaces, no se acompañan de complicaciones, y disminuyen la morbimortalidad y la necesidad de cirugías mayores. Se requieren estudios con mayor número de pacientes para lograr un mayor grado de certeza.