“…Los líquenes son una asociación simbiótica entre un hongo (denominado micobionte, el cual puede ser un ascomiceto o un basidiomiceto) y un organismo fotosintético (fotobionte, el cual frecuentemente es un alga verde o una cianobacteria) (Nash, 2008). También pueden formar simbiosis tripartitas o simbiodemas (hongo, alga verde y cianobacteria), que amplían el espectro de distribución y de crecimiento de los hongos liquenizados (Green & Lange, 1991;Dahlman & Palmqvist, 2003;Henskens, et al, 2012), como sucede en los géneros Lobaria, Pseudocyphellaria y Sticta de la familia Lobariaceae (Moncada, et al, 2013(Moncada, et al, , 2014(Moncada, et al, , 2015. La relación directa entre los líquenes y el ambiente mantiene un flujo constante de agua, carbono, nitrógeno y otros elementos esenciales que permite categorizarlos como bioindicadores, los cuales reaccionan ante los distintos niveles de fragmentación o alteración del medio (Lücking, et al, 2008(Lücking, et al, , 2017, la contaminación y los cambios climáticos (Estrabou, 2007;Lijteroff, et al, 2009;Ardila, et al, 2014), y aportan información sobre los principales factores ambientales como el pH, la disponibilidad de nutrientes, la humedad, la temperatura y la iluminación en sistemas maduros (Hernández et al, 1998;Lücking, 1999;Rosabal, et al, 2012bRosabal, et al, , 2013.…”