“…Alcanzaremos la complejidad en lo infinitesimal, no en la abstracción». (Marrero, 2008: 100) Evidentemente, algunos geógrafos 20 inquietos, como Nigel Thrift (1996Thrift ( , 2000a, Nick Bingham (1996), Johnatan Murdoch (1997aMurdoch ( , 1997bMurdoch ( , 1998 o Sarah Whatmore (1999), no dudaron en reconocer la potencia que el pensamiento de Latour, y la ANT, podría aportar a la geografía. Murdoch (1997a), por ejemplo, se lanza a disolver los dualismos que limitan a los análisis socioespaciales, reconociendo la inoperancia de la idea cartesiana de escala y proponiendo una «geografía de las asociaciones heterogéneas» como alternativa; Sarah Whatmore (1999) asume el giro relacional de la ANT, reconoce explícitamente la influencia de Latour y aboga por un espacio topológico:…”