“…Las seroprevalencias reportadas varían ampliamente alrededor del mundo, lo que puede atribuirse a factores geográficos, topográficos, climáticos, tipo de población canina (doméstica, en situación de calle, de refugios, de granjas), condiciones de mantenimiento de los mismos, tipo de alimentación; así como a los diferentes métodos de muestreo y de diagnóstico empleados (Dwinata et al, 2018;Anvari et al, 2020); se identifica en este estudio un número elevado de perros seropositivos cuya alimentación principal es con croquetas, siendo que no conviven o cohabitan con otros perros u otras especies de producción; por tanto, la presencia de anticuerpos anti-Neospora caninum indica la exposición de estos al parásito sin tener contacto directo con animales de granja, lo que puede estar asociado a transmisión vertical de la madre a los fetos por varias generaciones o transmisión horizontal posdestete (Sloan et al, 2017) y al consumo de agua y alimento contaminado con ooquistes esporulados (McAllister, et al, 1998;Langoni et al, 2013). et al, 2013;Spiti, et al, 2018). Bandini et al, en 2011 reportan títulos de 1:800 a 1:1160 en sueros de perros infectados experimentalmente con altas dosis de ooquistes, siendo esta una referencia del grado de exposición de los perros en el área de estudio de este trabajo.…”