“…En este sentido, especial atención merecen los procesos de presupuestos participativos, donde los individuos deciden el destino de una parte de los recursos municipales, reciben una serie de aprendizajes fruto de su asistencia a las distintas reuniones o asambleas -donde se incluye, entre otros, la estructura del presupuesto municipal y el origen y el destino de los recursos públicos-, y perciben una mayor confianza en el propio ayuntamiento como consecuencia de una mayor transparencia y rendición de cuentas sobre los estados de ejecución de las propuestas referentes a los proyectos votados (Allegretti et al, 2011;Harkins y Escobar, 2015). No obstante, si bien existen diferentes estudios que relacionan la implementación de presupuestos participativos con una mayor recaudación fiscal por parte de las administraciones (Beuermann y Amelina, 2014;Biderman y Silva, 2007;Cabannes, 2004Cabannes, , 2015Mbera y Allegretti, 2014;Schneider y Baquero, 2006;Spada, 2015;Touchton et al, 2019), éstos focalizan la atención en las diferencias en el volumen de ingresos recaudados en regiones con y sin dicho mecanismo, donde la participación de los individuos en sí no es estudiada.…”