El levantamiento geológico detallado junto con el análisis petrográfico y geoquímico de las unidades litológicas relevadas en la zona del distrito minero Manantial Espejo, permitió plantear la evolución del volcanismo Jurásico en esa zona del Macizo del Deseado (Provincia de Santa Cruz, Patagonia argentina). Se interpretaron tres ciclos de actividad volcánica, favorecidos por la tectónica distensiva que dominó esta provincia geológica durante el Jurásico Medio a Superior. El primero, el Ciclo Volcánico Inferior, corresponde a la efusión de lavas de composición andesítica (Formación Bajo Pobre) con una intercalación de areniscas tufíticas y niveles de aglomerados volcánicos producto de remoción en masa. La efusión de estas lavas se produjo sobre un basamento conformado por esquistos y granitos. El segundo, Ciclo Volcánico Medio, se inicia con una ignimbrita de composición dacítica a la que le siguen dos unidades ignimbríticas riolíticas, denominadas 1 y 2. La Ignimbrita dacítica y la Ignimbrita riolítica 2, son rocas con fuerte soldamiento, texturas reomórficas y muy alta participación de cristaloclastos, características que indican una elevada temperatura de depositación a partir del colapso de columnas eruptivas de baja altura, de relativa baja energía, elevada densidad y un bajo contenido de gases, originadas a partir de fontanas tipo “boiling-over”. La Ignimbrita riolítica 1, intercalada entre las anteriores, se caracteriza por incluir grandes fragmentos líticos de naturaleza polimíctica, se correlaciona con las ignimbritas de extra-caldera formadas durante el colapso y erupción de la Caldera Cerro Primero de Abril, ubicada al norte del distrito Manantial Espejo, en las inmediaciones de Mina Martha. Continúa un período inter-eruptivo, durante el cual se depositan tufitas y travertinos que evidencian una actividad hidrotermal del tipo “hot spring” controlada por estructuras de rumbo NNE y NNO a NO. El aporte de calor y la fuente de CO2 del sistema geotermal habrían estado vinculados a la desgasificación de un nuevo pulso de magma riolítico que marca el inicio del Ciclo Volcánico Superior, y que habría ascendido a través del mismo sistema extensional, evidenciado por diques riolíticos de rumbo NNO. El ascenso de lavas riolíticas dio lugar a la formación de dos centros volcánicos, el Centro Volcánico Norte, compuesto por un complejo extrusivo de domos riolíticos con depósitos de colapso tipo block and ash, y el Centro Volcánico Sur con el desarrollo de una compleja asociación de facies que sugieren que se trató de una erupción de tipo hidromagmática, con la formación de un aparato volcánico de tipo maar-diatrema al que se asocia un depósito de brecha constituida por fragmentos de lava acompañados por cantidades subordinadas de litoclastos de ignimbritas, tufitas y rocas laminadas silicificadas. Asociado a este evento explosivo se reconoció un depósito de tobas de caída con lapilli acrecionales que apuntan también a un probable origen hidromagmático. La interacción entre el magma y agua líquida sobrecalentada habría sido el responsable para la generación de esta erupción. Luego de un corto periodo de calma volcánica, la continuidad en el régimen deformacional distensivo permite nuevos asensos de magmas con la generación de nuevas unidades ignimbríticas riolíticas de similares características a las del segundo ciclo. El volcanismo andesítico a riolítico de la zona pertenece a una serie calcoalcalina de moderado a alto potasio, con afinidades de arco, mayoritariamente peraluminosas y subalcalinas. Dentro de este esquema, el Ciclo Volcánico Inferior es de composición netamente andesítica, el Ciclo Volcánico Medio registra la evolución de los magmas desde dacitas a riolitas y, por último, el Ciclo Volcánico Superior es típicamente riolítico en composición.