Operación cesárea. Una revisión histórica.

Abstract

La operación cesárea que hoy en día realizamos de forma casi rutinaria en la mayoría de centros hospitalarios del mundo es consecuencia de una apasionante búsqueda de mejoras por las generaciones precedentes de obstetras. A lo largo de los años, la cesárea ha experimentado importantes cambios en la técnica quirúrgica, en la frecuencia de su práctica y en sus indicaciones, tanto maternas como fetales. En los siglos XVII, XVIII y XIX implicaba una elevadísima mortalidad materna, por lo que únicamente se realizaba en casos desesperados, con la esperanza del salvar al nasciturus. La introducción de los principios de asepsia-antisepsia por Semmelweis, Koch, Lister y Halsted, la sutura de la herida uterina, la incisión en el segmento uterino inferior y la incisión transversa en el segmento inferior del útero supusieron una importante disminución de la mortalidad materna. En la segunda mitad del siglo XX, el empleo de la antibioticoterapia, la transfusión sanguínea, el perfeccionamiento de la anestesia y de los cuidados perioperatorios, así como la modificación ulterior de algunas técnicas quirúrgicas, ha conseguido reducir ampliamente la morbimortalidad asociada a esta intervención. Todos estos cambios han conseguido que la cesárea haya pasado de ser una operación in extremis que condenaba con gran probabilidad a la paciente, a una técnica que en la actualidad es demandada por algunas mujeres como sustitución del parto vaginal.

¿Cesárea innecesaria?: una mirada bioética a esta modalidad del nacimiento en Chile y Venezuela

“…Con respecto a la vía de finalización del embarazo la evidencia es consistente en un menor riesgo y mayor beneficio tanto materno como fetal en el parto con respecto a la cesárea; no obstante, para el caso de la cesárea electiva o por solicitud materna, después de la semana 39, aparentemente esta diferencia entre los beneficios y riesgos en relación con el trabajo de parto espontáneo parece equilibrarse, sin que a la fecha se tenga evidencia de buena calidad que permita al personal médico recomendar la cesárea en una forma contundente (29). No obstante, uno de las problemáticas actuales de la operación cesárea, es que existe una tendencia a la banalización de la misma, médicos, y sobre todo las pacientes, otorgan cada vez menos importancia a esta operación cesárea; aun cuando la morbilidad de las pacientes que se someten a una cesárea es claramente superior a la de pacientes que han dado a luz mediante parto vaginal y la mortalidad materna tras cesárea es aproximadamente 6 veces superior a la del parto vaginal (2).…”

“…Uno de los problemas en relación con la práctica de la operación cesárea en la actualidad, es la equiparación de esta intervención como alternativa casi fisiológica al parto vaginal, por lo que debe recordarse que el parto vaginal es un fenómeno fisiológico que ocurre de forma espontánea, mientras que la cesárea es una técnica quirúrgica ideada para extraer al feto en caso de dificultades para el parto por su vía natural. Las guías internacionales recalcan la idea de que la cesárea debe seguir considerándose una intervención destinada a solucionar algunas distocias o situaciones patológicas del embarazo, no una alternativa fisiológica al parto vaginal (2). Hernández (50), ha señalado que una clave para la reducción de la creciente y alta tasa de cesáreas es intentar el parto vaginal después de una cesárea anterior; como también, cuando no existiesen indicaciones absolutas para su ejecución.…”

“…Pareciese existir una presión social para la realización de cesáreas a demanda, a la carta, por lo que a merced al principio de autonomía de la paciente, se recomienda aceptar su realización únicamente como una decisión libre y bien informada tras una correcta valoración de todos los aspectos por la paciente (2). En algunos lugares, pueda que exista una presión cultural que tendría influencia sobre las altas tasas de cesáreas, lo cual puede acarrear problemas bioéticos dado a que las prácticas médicas basadas en preferencias culturales pueden generar una toma de decisiones no ética en relación con el parto y la vía de nacimiento.…”

“…Recibe el nombre de cesárea la intervención quirúrgica mediante la cual se realiza la extracción de uno o varios fetos, la placenta y las membranas a través de una incisión en la pared uterina (histerotomía) y, en la mayoría de los casos, en la pared abdominal (laparotomía) (2); aunque se realiza con el objetivo de disminuir la morbimortalidad materna y perinatal asociada con el momento del nacimiento cuando el parto vaginal podría traer consigo complicaciones, dado a que es un procedimiento quirúrgico mayor no libre de complicaciones y que como tal está relacionado con lesiones que no se producen durante los partos vaginales (3). La operación cesárea es la intervención quirúrgica obstétrica más frecuente en la mayoría de los países, a pesar de que su morbimortalidad es mayor que la del parto normal (4); aunque desde 1985, la Organización Mundial de la Salud (OMS) establece que la tasa ideal de cesárea debe oscilar entre el 10 % y el 15 % (5), en los últimos 30 años la incidencia de la cesárea se ha incrementado significativamente en casi todos los países occidentales, con valores que superan el 15 % al 35 % (3).…”

Factores asociados a las complicaciones post-parto en pacientes cesareadas en el Hospital de Huaycán 2020

“…Existen diversas hipótesis del origen del término cesárea. Una de estas hipótesis, está relacionada con el nacimiento de Julio César, pues se relata que él nació a través de este procedimiento, y en su honor se acuñó la palabra cesárea (27).…”