“…Por ejemplo, podemos evaluar la supervivencia (y el crecimiento), o la motilidad (cantidad de movimiento) de peces expuestos a insecticidas o a especies invasoras (Arellano-Aguilar y Macías Garcia, 2008a;Rueda-Jasso et al, 2014;Caballero-Viñas et al, 2017), o bien podemos evaluar el impacto de la exposición a, por ejemplo insecticidas o parásitos en la conducta de cortejo de los peces (Arellano-Aguilar y Macías Garcia, 2008b; Ávila et al, 2011). La ventaja de esta última aproximación es que podemos detectar efectos potencialmente negativos para las poblaciones incluso cuando la concentración de contaminantes en el ambiente es subletal (Barbosa Valero et al, 2011).…”