La fecha de introducción de las plantas invasoras en nuevas regiones es de gran relevancia ecológica, evolutiva y biogeográfica, pero suele ser difícil de determinar. Las fuentes históricas de la época de colonización europea pueden contener datos relevantes sobre la llegada de taxones no nativos a América. Durante el Periodo Misional Jesuita (1697-1768) se establecen los primeros asentamientos humanos permanentes y se introduce la agricultura y la ganadería en la Península de Baja California (PBC). Se revisaron textos escritos por los misioneros de esta orden relativos a la PBC y se encontraron datos precisos en la crónica de Miguel del Barco sobre la presencia y abundancia, en la primera mitad del siglo XVIII, de dos plantas actualmente invasoras en la región: Arundo donax y Ricinus communis.