“…Posterior a la reproducción, dos procesos co-ocurren: una migración estacional hacia la costa a hábitats de alimentación, donde se sugiere que la disponibilidad de alimento es el factor determinante de la migración (CornejoRodríguez, 1991;Quiñones et al, 1997;Miranda et al, 1998), como también el transporte/ advección de huevos y larvas eclosionadas hacia la zona disponible de crianza (Norte de 30ºS, Elizarov et al, 1993;Gretchina et al, 1998;Arcos et al, 2001). Estudios de química de otolitos (Ashford et al, 2010), de estructura de edad de larvas de jurel océano-costa, y su asociación a procesos oceanográficos (Vásquez, 2012), sustentan la hipótesis de conectividad entre las zonas de desove oceánico y de crianza. A lo largo de la costa de Perú y Chile, las inestabilidades baroclínicas gatillan una alta actividad de mesoescala, con remolinos que se propagan hacia el oeste , con contribución de clorofila hacia fuera de la costa (Correa-Ramírez et al, 2007), en sentido inverso a la dirección de conectividad con zonas de crianza costera.…”