El aumento de la expectativa de vida de las mujeres se ha traducido en incremento de la morbimortalidad en las mujeres mayores, siendo las enfermedades cardiovasculares una de las más prevalentes. Una de las principales causas de morbilidad es el síndrome metabólico. Es necesario orientar al médico y a sus pacientes sobre las consecuencias de esta patología. Son los varones quienes son más tratados, dejando de lado a las mujeres por la errada percepción de que tienen un riesgo cardiovascular bajo. La fisiopatología de la resistencia a la insulina abre un abanico de conocimientos relacionados al incremento de los triglicéridos en sangre y con el mayor aclaramiento del HDL-colesterol por parte del hígado. La obesidad abdominal y la hipertensión arterial completan los elementos de diagnóstico del síndrome metabólico, el cual se hace cuando existen tres de los cinco factores mencionados. Durante la transición menopáusica hay un rápido incremento en la severidad de este síndrome, lo que provoca un aumento del riesgo cardiovascular. En la obesidad hay un estado proinflamatorio inducido por la mayor producción de citoquinas inflamatorias como TNF-alfa, resistina, leptina, por el adipocito obeso, las cuales están vinculadas con la mayoría de las enfermedades crónicas y con el cáncer. En relación a la hipertensión arterial, hay muchas pacientes que desconocen que son portadoras de esta patología y no se hacen tratar, aumentando su riesgo cardiovascular. Por todo lo anterior, el médico ginecólogo debe de familiarizarse con esta patología y tener una actitud activa al respecto con relación a su diagnóstico y manejo.