“…Por el otro, como una parte importante de la bibliografía ponía el foco en el nivel sistémico, lo que más me interesaba a mí (las ideas de un partido, la forma en que esas ideas entraban en su agenda de propuestas, los debates acerca de esas ideas dentro y fuera de la organización, los alineamientos culturales de los miembros) quedaba un poco relegado. Fue en ese punto cuando, gracias a Vommaro conocí el trabajo de algunos politólogos que impulsaban un abordaje "societal" centrándose en la noción de "entornos partidarios" (Offerlé, 1987(Offerlé, , 1999Offerlé y Sawicki, 1996;Sawicki, 1997Sawicki, , 2011Pudal, 1989;Schwartz, 1990) . En la óptica de estos autores los partidos no son entendidos como un ente cerrado y autónomo que refleja o reacciona ante los impulsos del sistema político o las condiciones sociales, sino como un conjunto de tramas (no siempre formalizadas ni ordenadas) que se asientan, se insertan y se nutren en una serie de mundos o esferas en los cuales los líderes y los cuadros dirigentes de un partido encuentran visiones de mundo, formatos para la acción y marcos de sentido que organizan las interacciones, las jerarquías internas y también la propia imagen de los partidos.…”