“…Como resultado de estos trabajos, hoy conocemos en profundidad distintos aspectos de la vida de estas primeras aldeas agrícolas, con numerosos fechados que indican que fueron prácticamente contemporáneas entre sí, con cronologías de ocupación que se extienden entre 1900 y 1600 años AP. Sus modos de organizar el espacio residencial y productivo (Scattolin, 2010;Scattolin et al, 2015), las maneras de hacer en distintas materias primas (Bugliani, 2010;Videla, 2011;Pereyra Domingorena, 2012;Sentinelli, 2012;Cortés y Scattolin, 2017;Pereyra Domingorena y Bugliani, 2019;Sentinelli y Scattolin, 2019), su relación con otras regiones ecológicas establecida a partir de estilos y recursos compartidos (Lazzari et al, 2009(Lazzari et al, , 2017(Lazzari et al, , 2019, la alimentación y aprovechamiento de recursos domesticados y silvestres (Izeta, 2006;Calo, 2010Calo, , 2013Calo y Pereyra Domingorena, 2013;Killian Galván et al, 2021), las prácticas funerarias (Cortés, 2010(Cortés, , 2011(Cortés, , 2012(Cortés, , 2013(Cortés, , 2020) y posibles lazos de parentesco genético (Cortés et al, 2019;Parolin et al, 2019), entre otros, dan cuenta de la particularidad de estas sociedades dentro de un entramado mayor de relaciones cercanas y distantes (Scattolin et al, 2009a(Scattolin et al, , 2009b. Hallazgos fortuitos de restos humanos, además, mostraron una gran profundidad temporal en la ocupación del área de La Quebrada, previamente insospechada.…”