En primer lugar, quiero empezar dando las gracias a Miguel Morales, director y tutor de esta tesis doctoral. Has sido durante estos cuatro años y medio un ejemplo de cómo hacer las cosas bien. Durante este proceso has pasado de ser un director de tesis a un compañero. Gracias por tu ayuda y por tu forma de hacernos crecer a los que estamos alrededor.Continúo con mis compañeros de trabajo, tanto en la Escuela de Industriales como en el Centro Láser. Lo bueno de estar a medio camino entre el Campus Sur y la Castellana es que me he encontrado con dos grupos maravillosos.Gracias a vosotros, compañeros de Siderurgia. A Popi y a Benito, porque fuisteis mis profesores y ahora sois mis compañeros. Gracias a ti, Miguel -el otro, Panizo, el Miguel de la Escuela-, porque vas un pasito por delante siempre, y me allanas el camino por el que voy pasando. Bueno, y además incluso empiezas a apreciar el humor de calidad. También -cómo no-a Jesús y a Yolanda, compañeros de cafés, de prácticas, y de mil ideas -metalúrgicas o no-que hacen que el laboratorio y la fundición sean casa.A Vicente y a José Carlos, que completan el núcleo de Siderurgia.