There is a close relationship between substance abuse (alcohol and other drugs) and intimate partner violence. Studies carried out with male offenders and with addicted patients show a high comorbidity rate between these two phenomena. However, few batterer intervention programmes have been implemented to date in the field of drug addiction. This paper proposes, first, the need to detect cases of intimate partner violence that are camouflaged beneath a drug problem. Thus, it is important to determine the prevalence rate of intimate partner aggressors among users of drug-addiction treatment programmes, as well as identifying the specific characteristics of these patients. Second, once aggressors are identified, it would be possible to develop specific programmes for the simultaneous treatment of the two problems (addiction and intimate partner violence). Some studies have already been carried with joint treatments for addiction and intimate partner violence.The results obtained are encouraging, and show that intervention programs with addictions can be a useful framework for applying also, where necessary, specific treatments for those addicted patients with an associated problem of intimate partner violence. Finally, implications for clinical practice and future research in this field are discussed.Key words: addictions, intimate partner violence, batterers, treatment
RESUMEN ABSTRACTExiste una relación muy estrecha entre el consumo de sustancias (alcohol y otras drogas) y la violencia hacia la pareja. Los estudios llevados a cabo con hombres maltratadores y con pacientes adictos muestran una alta comorbilidad entre ambos fenómenos. Sin embargo, hasta la fecha han sido muy escasos los programas de intervención con maltratadores que se han aplicado en el ámbito de las drogodependencias. En este artículo se propone, en primer lugar, la necesidad de detectar los casos de violencia contra la pareja que aparecen camuflados bajo un problema de consumo de drogas. En este sentido, es necesario llevar a cabo estudios que determinen la tasa de prevalencia de agresores contra la pareja entre los usuarios de los programas de tratamiento para el abuso de sustancias, así como conocer las características específicas de este tipo de pacientes. En segundo lugar, una vez detectados los agresores, se podrían desarrollar programas específicos para el tratamiento simultáneo de ambas problemáticas (adicción y violencia hacia la pareja). Se han llevado a cabo algunos estudios con tratamientos conjuntos de la adicción y de la violencia de pareja. Los resultados obtenidos son esperanzadores y muestran que los programas de intervención con adicciones pueden ser un marco útil para aplicar también, en los casos necesarios, un tratamiento específico para aquellos adictos con un problema asociado de violencia contra la pareja. Se comentan las implicaciones de todo ello para la práctica clínica y para las investigaciones futuras.