“…La misma que parte de una formación inicial sólida requiere, entre otros aspectos, el desarrollo de destrezas elementales que orienten la práctica educativa, aprender a transitar del dominio disciplinar al dominio pedagógico y didáctico del contenido, y descubrir la profesión docente como una tarea genuina, rodeada de un componente axiológico que facilita el desarrollo integral. Por ello, no es de extrañar la referencia en los planes de formación a la tutoría, los métodos individualizadores, el feedback y la evaluación formativa, la atención a la diversidad, los estilos de liderazgo, la gestión de recursos humanos, la inclusión educativa, el diálogo y encuentro entre culturas, el clima de aula y la convivencia, especialmente (Domínguez, Ruiz Cabezas y Medina, 2017;Jordán, 2007;Ruiz y Medina, 2014;Serrano y Pontes, 2015) citado por (Cabezas, Holgueras y López, 2019).…”