Dedicamos este relato a todos aquellos que día a día luchan por ser visibilizados: a las mujeres en general y a las cirujanas en particular; a los hispano parlantes, principalmente de lugares que no pertenecen al denominado primer mundo; a los que producen conocimiento en países no hegemónicos; a los que tienen un acceso dificultoso al sistema de salud y, en especial, a los que padecen infecciones sexualmente transmisibles y no encuentran a un profesional integralmente preparado para atenderlos.