“…Conforme con lo expuesto, la evaluación de la personalidad es relevante en el ámbito universitario tanto para labores de investigación como para contextos aplicados, ya sea por su relevancia evolutiva en cuanto a sus diferencias según sexo o edad (e.g., Zhang et al, 2024;Zhao et al, 2024), o por su asociación con variables relevantes como el rendimiento académico (responsabilidad; Vedel, 2014), la motivación académica (neuroticismo y responsabilidad; McGeown et al, 2014), la procrastinación (neuroticismo y apertura; Ocansey et al, 2020), la autorregulación motivacional (responsabilidad; Ljubin-Golub et al, 2019), deshonestidad académica (responsabilidad y amabilidad; Giluk & Postlethwaite, 2015), autoeficacia académica (responsabilidad y apertura; McIIloy et al, 2015), apoyo social (extraversión; Barańczuk, 2019), burnout académico (neuroticismo; Prada-Chapoñan et al, 2020;amabilidad y neuroticismo;Araújo, 2024), o el bienestar subjetivo (Nunes et al, 2009).…”