“…La bibliografía (ver Oso y Parella, 2012; Molpeceres, 2012; Barañano y Marchetti, 2016) incide en la nueva «internacionalización del trabajo reproductivo» y en la «crisis de los cui-dados» que se organiza globalmente por medio de las «cadenas globales de cuidado» (término popularizado por Hochschild, 2001;ver igualmente Orozco, 2007), así como en el «aumento creciente de la demanda de cuidados, especialmente... en relación, cada vez más, con personas mayores y dependientes, como ha sucedido en... Europa, y muy marcadamente en Europa del Sur» (Barañano y Marchetti, 2016). En pocas palabras: a raíz de la incorporación al trabajo de las mujeres nacionales -y por lo tanto del «doble sueldo familiar»-, de la «flexibilización» del trabajo y del tiempo de trabajo y del aumento de las cargas de los cuidados (que se puede observar en el desarrollo del sistema de atención a la dependencia en España, por ejemplo; ver Camacho et al, 2008), catalizado por la «ausencia de una cultura pública del cuidado» y por «un Estado del bienestar insuficientemente desarrollado» (Oso y Parella, op.cit.…”