Aunque la tenencia de mascotas se ha intensificado, no se trata de un fenómeno del posthumanismo, sino que proviene de la prehistoria. Los recientes incrementos en esta práctica parecen depender de un cambio actitudinal general hacia los animales. Actualmente, las mascotas aparecen como una característica omnipresente en vida la familiar occidental, y la Teoría Sistémica resulta una perspectiva destacable para su estudio. Convertir animales en familia implica un proceso bidireccional donde estos tienen un rol activo. Las mascotas desempeñan funciones compartidas y particulares, adecuándose a las demandas de cada etapa familiar y contribuyendo a las dos funciones básicas de las familias: mantener la cohesión favoreciendo el desarrollo. Los animales tienen, además, un rol estabilizante y dinámico, siendo particularmente importantes durante las crisis, y pudiendo desestabilizar el sistema al ausentarse. Finalmente, se brindan recomendaciones para que los clínicos puedan incluir a las mascotas en el trabajo con familias multiespecies.