Contexto: en México, la enfermedad renal crónica presenta un aumento exponencial y el trasplante renal se ha colocado como la mejor opción de tratamiento. A pesar de ello, los receptores de trasplante presentan una menor capacidad funcional y calidad de vida comparándolos con individuos sanos, lo cual se asocia a un estilo de vida sedentario, sumado con los efectos musculoesqueléticos de los inmunosupresores, sin embargo, la investigación es limitada.
Objetivo: evaluar el impacto en calidad de vida, fuerza, resistencia aeróbica, equilibrio y flexibilidad de un programa domiciliario de ejercicio físico de intensidad leve-moderada, en pacientes adultos mexicanos trasplantados de riñón.
Metodología: participaron nueve pacientes (29 ± 5,2 años), a los cuales se les evaluó la fuerza de agarre manual mediante un dinamómetro; la flexibilidad mediante la prueba de “distancia dedos planta” (sit-and-reach test por su nombre en inglés); su agilidad-equilibrio y fuerza en miembro inferior mediante la prueba de “pararse-sentarse”, y “levántate y anda” (sit-to-stand y get-up-and-go por sus nombres en inglés) respectivamente; su actitud cardiorrespiratoria mediante el test de marcha por seis minutos, y su calidad de vida mediante el cuestionario de salud SF36.
Resultados: se mostraron mejoras estadísticamente significativas en dinamometría manual (P 0,005), “distancia dedos planta” (P 0,016), sentarse y pararse (P 0,0011) y test de marcha por seis minutos (P 0,012). En el cuestionario SF36, hubo mejoría en la función física (P 0,03) y salud general (P 0,01), pero no hubo cambios en los análisis de laboratorio y la tasa de filtración glomerular.
Conclusiones: un programa domiciliario de ejercicio combinado de intensidad leve-moderada parece tener un efecto positivo sobre la capacidad funcional y la calidad de vida de los receptores de trasplante renal, sin embargo, es necesaria una mayor investigación para evaluar la adherencia al programa.