“…Algunos datos de investigaciones recientes soportan y refuerzan estas interpretaciones. Por ejemplo, aunque algunos estudios reflejan ya disminuciones de práctica de AF en la infancia, es incontestable que la realidad refleja una considerable disminución de los niveles de AF en la adolescencia (Brettschneider y Naul, 2007;Currie, Gabbain, Godeau, Roberts, Smith, Currie, Pickett, Richter, Morgan y Barnekow, 2008;Knuth y Hallal, 2009) y, algunos estudios en concreto, aseguran que los jóvenes realizan una AF insuficiente para mejorar su salud (Andersen, 2009). Estos resultados se aprecian tanto en Estados Unidos (EEUU) (Troiano, Berrigan, Dodd, Masse, Tilert y McDowell, 2008), como en Europa (Riddoch, Bo Andersen, Wedderkopp, Harro, Klasson-Heggebo, Sardinha, Cooper y Ekelund, 2004), incluidos, por supuesto, los adolescentes españoles (Abarca-Sos, Zaragoza, Generelo y Julián, 2010;Aznar et al, 2010;Generelo, Zaragoza, Julián, Abarca-Sos y Murillo, 2011;Murillo, 2013).…”