“…La evaluación de numerosos trabajadores en el ámbito del servicio social en Alemania identificó que casi el 73% experimentó síntomas persistentes durante más de tres meses, destacándose la fatiga, problemas de concentración y dificultades para respirar, además de una baja calidad de vida en aquellos trabajadores con síntomas persistentes 45 . Una investigación con trabajadores de la salud en Italia reflejó que más de la mitad de la población analizada (56,3%) manifestaron síntomas persistentes, entre los que se destacan la fatiga con el 32,1%, seguido de dolores musculoesqueléticos con el 13,6% y la disnea con el 13,2%; síntomas que limitaron las condiciones laborales de esta población de trabajadores 46 . Por su parte, un estudio con población general de varios países destacó que más del 54,6% de las personas experimentaron largos períodos sin poder trabajar, el 34,5% habían perdido su trabajo debido a una enfermedad, el 63,9% informaron dificultades para hacer frente a las actividades cotidianas, y el 17,6% había experimentado dificultades financieras como resultado de la enfermedad.…”