“…En los últimos años, ha surgido el interés por la generación de sistemas agrícolas integrales; a través, de la aplicación de bacterias promotoras del crecimiento vegetal (BPCV), las cuales son un grupo de bacterias que tienen la capacidad de mejorar la salud y calidad de las plantas, restaurando la fertilidad de los suelos (Rojas-Solís et al, 2016;Valenzuela-Aragon et al, 2019). Los efectos positivos mostrados por las BPCV han sido fuertemente asociados a diversos mecanismos de acción i) directos, asociados al crecimiento de las plantas, tales como: la producción de fitohormonas (auxinas, citocininas, y giberelinas), compuestos orgánicos volátiles (acetoína, y derivados del azufre), fijación biológica de nitrógeno, ciclaje y solubilización de nutrientes (Moreno-Reséndez et al, 2018;Valenzuela-Ruiz et al, 2018); e ii) indirectos, asociados a la resistencia de los cultivos a fitopatógenos, mediante la producción de lipopéptidos, antibióticos, o enzimas líticas (Villarreal-Delgado et al, 2018;Villa-Rodríguez et al, 2019).…”