Este trabajo analiza las estrategias discursivas y argumentativas de Mauricio Macri para justificar el acuerdo de subordinación al FMI del año 2018. Encontramos que Macri intentó justificar el acuerdo financiero a través de la metáfora del recorrido de un camino gradualista desde un camino de desequilibrio fiscal y estancamiento, hacia un futuro mejor para todos los argentinos y como la única alternativa posible. En ese marco, el acuerdo preventivo con el Fondo constituía una decisión realista y necesaria, que respondía a cambios imprevistos en el contexto internacional y carecía de alternativas. Como era el camino correcto y el único posible para equilibrar las cuentas públicas, promover el crecimiento y desarrollo, salirse de ese sendero significaba retroceder e ir hacia una crisis económica más grave que dañaría a toda la sociedad. A partir de esta narrativa del camino evolutivo, Macri escenificaba un relato optimista y pretendía descalificar toda alternativa a las políticas de endeudamiento externo, feroz recorte de la inversión pública y social y ajuste fiscal recesivo. Al mismo tiempo, azuzaba como chantaje con el peligro de caer en una crisis aún mayor, si se osaba aplicar medidas alternativas a las neoliberales. Desde el nivel enunciativo, Macri relacionó el pacto con el Fondo con un compromiso de decir la Verdad, inscrito en un ethos de la sinceridad. Esto lo situaba como un presidente que supuestamente actuaba de modo responsable, sensato y realista. De esta forma, el presidente pretendía justificar la profundización de políticas de endeudamiento y ajuste neoliberal contra los trabajadores y jubilados que significaban recesión, fuerte caída en el poder adquisitivo de salarios y haberes, aumento de la pobreza y el desempleo, pérdida de soberanía y autonomía nacional y creciente exclusión social.