“…En algunos casos, el sorteo ha sido un mecanismo esencial en procesos de deliberación sobre temas fundamentales y altamente complejos para las sociedades. Por ejemplo, en 2014, la Alcaldía de Utrecht en los Países Bajos, convocó la Conversación de Ciudad sobre Energía, en la cual sus miembros, elegidos de manera aleatoria, llevaban a cabo reuniones extensas e informadas para deliberar y desarrollar el borrador de un Nuevo Plan de Energía 2016-2020 para la ciudad (Meijer et al, 2017). Asimismo, en 2019, el gobierno de Emmanuel Macron creó la Convención Ciudadana por el Clima compuesta por 150 personas elegidas al azar con el objetivo de consensuar una propuesta en la cual se estableciera la reducción de las emisiones de gases efecto invernadero en un 40 % para el año 2030 en Francia (Montojo, 2020) En 2019, el Ayuntamiento de Madrid decidió transformar el Observatorio de la Ciudad en un cuerpo permanente de participación y deliberación ciudadana con 49 miembros elegidos por sorteo con el fin de: 1) generar discusiones y recomendaciones sobre problemas de interés público que fueran responsabilidad del gobierno local, y 2) proponer consultas ciudadanas basadas en la participación directa consignada en la plataforma decide.madrid.es (Gaunza y Menéndez-Blanco, 2019).…”