“…Por un lado, favorece la durabilidad de los partidos y su resiliencia a contextos adversos, aunque desde luego la adaptabilidad no es un rasgo necesariamente asociado a los partidos de derecha (Cyr, 2017). Por otro lado, las derechas que construyen partidos pueden cumplir dos tareas fundamentales para las organizaciones políticas: la coordinación horizontal de políticos ambiciosos y la agregación vertical de intereses que hace que los partidos puedan ser entidades de representación democrática (Luna et al, 2020). En cambio, los vehículos electorales personalistas, que en este número especial Luna y Rovira Kaltwasser ven como indicador de la crisis de los partidos, no pueden cumplir esas tareas de manera cabal y, por tanto, aun cuando compitan con éxito en elecciones, son subtipos disminuidos de partidos (Luna et al, 2020).…”