La vida universitaria es una etapa de cambios en la que los estudiantes deben adaptarse a las presiones académicas, enfrentando situaciones difíciles que llevan a estados emocionales negativos. Se ha observado que la Inteligencia Emocional Autopercibida (IEA) se relaciona con baja afectividad negativa (AN) y alta afectividad positiva (AP). Sin embargo, varias investigaciones han mostrado que la IEA no siempre conduce a resultados positivos, observándose un lado oscuro en ella. El objetivo del presente estudio consiste en analizar la existencia de relaciones entre la afectividad y la IEA, estableciendo la contribución de la IEA como predictor del estado afectivo en función de las diferencias de sexo en estudiantes universitarios. La muestra estuvo comprendida por 374 estudiantes quienes respondieron un cuestionario sociodemográfico, el TMMS-24 y el PANAS. Si bien la IEA posee un valor predictivo en la afectividad, siendo mayor su predicción en la AN para las mujeres y en la AP para los varones, es preciso analizar a la IEA en función de cada una de sus tres dimensiones (atención, claridad y reparación), y no como un único factor. Conocer las creencias que tienen los estudiantes acerca de sus propias habilidades emocionales permite predecir en cierta manera sus estados afectivos.