“…Para comprender mejor la influencia del espacio escolar sobre el desarrollo psicosocial de los estudiantes, es importante considerar, también, que los objetivos de la escuela como institución formadora ya no se reducen solo a la entrega de información por medio de procesos unidireccionales de interacción, sino que incluyen la responsabilidad de los actores educativos de promover procesos de desarrollo integral en los estudiantes (Casassus, 2002). De esta forma, se reconoce que aquellos contextos escolares que son capaces de satisfacer las necesidades sociales y emocionales de sus estudiantes permiten una mayor probabilidad de aprendizaje de los contenidos curriculares, junto a la generación de una mayor motivación por aprender y un aumento del compromiso con la escuela, reduciendo, de esta manera, deserciones, repitencias y expulsiones en la trayectoria escolar (Bruns et al, 2016;Catalano, Haggerty, Oesterle, Fleming & Hawkins, 2004;Gaias et al, 2019;Hawkins, Catalano, Kosterman, Abbott & Hill, 1999;Jimmerson, Nickerson, Mayer & Furlong, 2012;Johnson, Crosnoe & Elder Jr., 2001;Malecki & Elliot, 2002).…”