La PET ha demostrado su utilidad en la toma de decisiones diagnóstico-terapéuticas en diversos tipos de tumores. En los tumores del tracto urinario y del cáncer de próstata su rendimiento diagnóstico ha sido menor debido a la eliminación urinaria del radiotrazador que puede enmascarar la presencia de lesiones. No obstante, deben aplicarse protocolos específicos que mejoran el rendimiento diagnóstico de la PET con 18 F-FDG en la valoración de lesiones pélvicas. Además, el cáncer de próstata es un tumor de bajo grado con escasa avidez por la 18 F-FDG. A pesar de estas limitaciones, con la PET se han planteado nuevas e interesantes posibilidades diagnósticas. La disponibilidad de equipos PET-TAC ha mejorado su rendimiento diagnóstico. Por otra parte, el desarrollo de nuevos radiotrazadores que permiten marcar otros procesos moleculares y que son metabolizados por vías diferentes de la urinaria, supone una ventaja importante respecto a la 18 F-FDG y han proporcionado resultados interesantes.