Arch Argent Pediatr 2016;114(5):e310-e313 / e310Presentación de casos clínicos RESUMEN La patología del conducto tirogloso constituye la segunda anomalía cervical benigna más frecuente en la infancia. El diagnóstico es principalmente clínico. Sistrunk fue quien describió la técnica quirúrgica considerada de elección para el tratamiento definitivo de esta patología.
INTRODUCCIÓNLa patología del conducto tirogloso (PCT) constituye la segunda anomalía cervical benigna más frecuente en pediatría, luego de las adenopatías, que representan el 70%-75%.
1,2El esbozo de la glándula tiroides aparece en la 4 ta semana de gestación. 3 Durante su descenso hasta la porción baja del cuello, el esbozo medial se elonga y forma el conducto tirogloso (CT). Su involución se completa entre la 7 ma y la 10 ma semana. 1 La falta de obliteración del CT antes de la formación mesodérmica del hueso hioides deviene en su persistencia.2 La PCT puede encontrarse en cualquier punto del trayecto de migración del primordio desde el foramen ciego en la lengua hasta el istmo de la glándula tiroides. 4 Cuando se localiza sobre el cartílago tiroideo, generalmente, se encuentra lateralizado, más frecuente a la izquierda.Según la relación con el hioides, el quiste puede encontrarse suprahioideo (23%), en la región hioidea (60%) (anterior o posterior a él) o infrahioideo (13%). Los quistes intralinguales representan el 3%.2 Las variantes anatómicas, en la literatura, se mencionan como reporte de casos, y no se puede establecer su verdadera incidencia. Se destacan, además del quiste intralingual, la comunicación con el lóbulo piramidal de la tiroides y la fusión tirohioidea. En ocasiones, puede infectarse y es necesaria antibioticoterapia y/o drenaje previo al tratamiento definitivo.
POBLACIÓN Y MÉTODOSEstudio descriptivo retrospectivo. Se incluyeron pacientes de entre 0 y 18 años de edad, con diagnóstico histopatológico de PCT, operados en el Servicio de Cirugía Pediátrica del Hospital Italiano de Buenos Aires entre junio de 2008 y agosto de 2015. Se revisaron las bases de datos y las historias clínicas electrónicas. Se analizaron las siguientes variables: sexo, edad, infección preoperatoria, porcentaje de recidiva, estudios complementarios, técnica quirúrgica, estadía posoperatoria y variantes anatómicas. Nuestro protocolo diagnóstico se basa en el examen físico y la ecografía en todos los pacientes.