Los movimientos migratorios se han considerado un problema en el mundo, pero con el COVID-19, el temor dirigido a la búsqueda de un culpable agravó la categorización negativa respecto a las personas migrantes. Esta categorización se nutre y expresa a través de los discursos en torno al virus, acentuándose la violencia hacia la población migrante. Por ende, a través de una investigación cualitativa hermenéutica-documental, con un nivel interpretativo y sintético, se analizan esos discursos que generan violencia, desconocimiento y/o desinterés sobre quienes migran ― referidos desde su vulnerabilidad como “lo Otro” ―, para realizar una aproximación ética basada en la hospitalidad. Se ha concluido que las personas migrantes no se reducen a una figura discursiva, y que urge una ética hacia “lo Otro” que encamine a la reevaluación de discursos y prácticas con relación a la población migrante.