Potential anti-obesity effects of a long-acting cocaine hydrolase

Abstract

A long-acting cocaine hydrolase, known as CocH3-Fc(M3), engineered from human butyrylcholinesterase (BChE) was tested, in this study, for its potential anti-obesity effects. Mice on a high-fat diet gained significantly less body weight when treated weekly with 1 mg/kg CocH3-Fc(M3) compared to control mice, though their food intake was similar. There is no correlation between the average body weight and the average food intake, which is consistent with the previously reported observation in BChE knockout mice. In addition, molecular modeling was carried out to understand how ghrelin binds with CocH3, showing that ghrelin binds with CocH3 in a similar mode as ghrelin binding with wild-type human BChE. The similar binding structure mode explains why CocH3 has a similar catalytic activity against ghrelin.

Molecular insights into the mechanism of 4‐hydroxyphenylpyruvate dioxygenase inhibition: enzyme kinetics, X‐ray crystallography and computational simulations

“…The selected structure for each window ran for 500 ps as a circulation for production sampling, then was run 14 times based on the last conformation. Finally, the data from the separate simulation windows were combined along the RC, then used to calculate the free energy profiles with the weighted histogram analysis method . To examine the PMF results’ convergence, PMF calculations were performed with each circulation.…”

Efecto neuroprotector de nicotinamida vía sistema colinérgico en un modelo de obesidad en rata

“…En las últimas décadas se ha observado un cambio drástico en el estilo de vida, principalmente en el consumo de alimentos con altas concentraciones de grasas y carbohidratos, así como mayor prevalencia de inactividad física, las cuales en su conjunto contribuyen a un deterioro crónico en la salud, reflejado en el aumento en los índices de obesidad. La obesidad, es un problema de salud que ha alcanzado proporciones epidémicas tanto en países desarrollados como en vías de desarrollo (Guillemot & Muccioli, 2017;Tófolo et al, 2019), además de estar relacionada con el aumento de las tasas mundiales de enfermedades crónico degenerativas, como diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares, síndrome metabólico y algunos tipos de cáncer (Zheng et al, 2016), donde el factor genético y la actividad física también son considerados como elementos causales (Ramli et al, 2016).…”

“…El consumo de una dieta hipercalórica (HC), que incluye alimentos chatarra que resultan atractivos para niños y adolescentes, contribuye a aumentar la susceptibilidad de órganos como el hígado, páncreas, riñones, corazón, cerebro, entre otros a presentar cambios en su función comprometiendo la salud física y mental (Zheng et al, 2016). Este tipo de dietas HC se asocian con modificaciones neurobiológicas en adolescentes que no se observan en adultos con una dieta equivalente; esto se debe a que en la etapa de la adolescencia algunas regiones del cerebro no se han desarrollado completamente y, por lo tanto, son más vulnerables a las alteraciones de una dieta hipercalórica (Reichelt et al, 2019).…”