“…En el caso que aquí presentamos, consideramos realizar esta determinación en tanto podemos garantizar que la colección de restos óseos humanos del sitio Cueva de Plaza (CdP) no presenta contaminantes atribuibles a su manejo museológico (Hendy et al, 2018). Asimismo, la datación de la que se dispone (225 ± 33 años AP -AA113831, realizada sobre una primera falange proximal de la mano de un individuo adulto, Scheinsohn et al 2022), la asociación de los restos óseos con materiales modernos (como cuentas vítreas) y la presencia de materiales que normalmente no se conservan en estos contextos (como fragmentos de cuero, restos de caña colihue o partes blandas adheridas a los huesos ver Scheinsohn et al, 2022), indican que estos restos se depositaron a fines del siglo XVIII o principios del XIX, por lo que se puede suponer, en principio, una preservación ósea que permitiría obtener un perfil proteico y correlacionarlo con lesiones óseas visibles macroscópicamente. Para este trabajo, decidimos analizar una falange humana, que presentaba alteraciones atribuibles a una fractura traumática (Appleby et al, 2015;Mays, 2018), ya que en este caso, la respuesta inflamatoria que ocurre desencadena la producción local de proteínas (Bue et al, 2020, Epsley et al, 2021.…”