Introducción La Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE), que cuenta con más de 150 países miembros, considera que un animal está en bienestar cuando éste está sano, cómodo, bien alimentado, seguro, es capaz de expresar su comportamiento y no sufre estados desagradables como el dolor, miedo y angustia (OIE, 2008). Desafortunadamente, la producción intensiva de animales para beneficio de los humanos ha mermado la capacidad de las unidades de producción para proveer bienestar animal (AW). En el caso particular del cerdo, la alta demanda en el consumo de su carne ha generado un incremento en su producción y en la forma en la que estos son alojados durante su cadena productiva (USDA-FAS, 2019). En granjas con sistemas de manejo semi-intensivo e intensivo, los cerdos son constantemente expuestos a eventos aversivos como el manejo agresivo por parte de los trabajadores (Tallet et al., 2018), destete precoz (Siegford et al., 2008), la formación de nuevos grupos o mezcla de animales de diferentes edades (Colson et al., 2012), (Verdon et al., 2016), exposición a temperaturas extremas (Parker et al., 2010), y alojamientos con poca o nula estimulación social y sensorial (Merlot et al., 2012; Brajon et al., 2017). Estudios indican que este tipo de condiciones genera estrés en los animales y como consecuencia un pobre bienestar. Uno de los graves problemas del estrés, entendido como una respuesta ante una amenaza real o percibida que altera la homeostasis de un organismo, (McEwen, 2000), es que si ocurre de manera prolongada o continua pueden tener graves efectos negativos. Algunos de los efectos attempts to enter into open arms and risk assessment. In the second experiment, 60 piglets were divided into 4 groups: 1) received enrichment during pregnancylactation, 2) enrichment during weaning, 3) enrichment during pregnancy-lactation-weaning and 4) without enrichment. On post-natal day 70, pigs were exposed to an elevated plus maze. Results showed that pigs from group 1 showed less anxiety during the test compared with groups 3 and 4. This suggested that environmental enrichment during pregnancy-lactation positively impacted the ability of piglets to regulate anxiety.