“…Ser padre o madre es una tarea complicada, dificultada por la heterogeneidad de las características de los niños, la complejidad de los procesos de desarrollo y las constantes exigencias inherentes al rol de cuidador (Crnic & Low, 2002). Como sería de esperar, el estrés parental es más intenso cuando los progenitores enfrentan graves adversidades (Anderson, 2008). El marco conceptual de Abidin (1992) sugiere que existen tres fuentes principales de estrés en las relaciones paterno-filiales: las características del menor (edad, sexo y conducta), las características de los padres (edad, satisfacción marital, estilos de afrontamiento, sentimiento de las competencias parentales) y los factores sociodemográficos, como la precariedad económica, monoparentalidad y falta de apoyo social (Belcher, Watkins, Johnson & Ialongo, 2007).…”