quando diziendo una cosa, en el sonido o tonecillo que la dezimos y en los meneos, se echa de ver que sentimos al revés de lo que pronunciamos por la boca...» Sebastián de Covarrubias De autorretrato va mi intervención. Aunque ni físico ni intelectual, que el primero sobra y el segundo resultaría pretencioso. Os presento, en cambio, mi autorretrato profesoral. El que he ido dibujando durante el cuarto de siglo cumplido en que he impartido enseñanza en esta Facultad. Largo camino y muchas vicisitudes: asambleas, huelgas, grises por los pasillos, algaradas, pancartas, trajes de pana, melenudos, minifaldas, urnas electorales, pantalones vaqueros, graffiti, cabelleras multicolores, piercings, y, en todo tiempo y por todas partes, estudiantes, multitud de estudiantes, estudiosos, vagos, inteligentes, torpes, religiosos, agnósticos, gazmoños, jaraneros, ruidosos, invariablemente ruidosos, de derechas, de izquierdas, indiferentes, de baja y alta cuna, 100/02 pp. 61-80 * El presente artículo es una versión corregida de la lección que pronuncié el 25 de octubre de 2002, con motivo del homenaje que se me rindió por mi jubilación como catedrático de sociología, en