“…La mayoría de los estudios sobre prevalencia indagan la presencia de TCA en personas con TB, y son muchos menos los que hacen la exploración inversa: estimar la prevalencia de TB entre pacientes con TCA. Sin embargo, como han señalado diversos autores, la relevancia de esta asociación no solo está en la alta coocurrencia, sino en las implicaciones terapéuticas, especialmente en cuanto a la elección de los fármacos apropiados (Campos, Angst, Cordas y Moreno, 2011;Fornaro et al, 2010;Jiang, Kenna y Rasgon, 2009;Kemp et al, 2010;Klipstein y Goldberg, 2006;Lunde, Fasmer, Akiskal, Akiskal y Oedegaard, 2009;McElroy, Kotwal y Keck, 2006;McElroy, Kotwal, Keck y Akiskal, 2005;McIntyre, Mancini, McCann, Srinivasan y Kennedy, 2005;Rodríguez, 2006;Seixas et al, 2012;Tseng, Chang, Chen, Liao y Chen, 2016;Wildes, Marcus y Fagiolini, 2007). Recientemente, un estudio con genoma ampliado examinó la asociación entre estos dos tipos de patologías (Liu, Bipolar Genome Study, Kelsoe y Greenwood, 2016), indagando la comorbilidad de TCA como un potencial subfenotipo del TB, para identificar variaciones genéticas que sean comunes y únicas para ambos trastornos.…”