“…Desgraciadamente, en España, la actividad en este campo es prá cticamente nula, como se demuestra por el resultado de la reciente encuesta antes mencionada y realizada entre mé dicos que atienden traumatizados graves de 75 hospitales de todo el territorio español 13 . En esta encuesta se ponía de manifiesto que el 64% de los encuestados desconocía la posibilidad de la prevenció n secundaria en traumatizados y el 18% aceptaba haber oído algo pero que no se planteaba su implementació n por considerarlo complicado o por falta de medios 13 . Es evidente que el nulo interé s comercial puede haber contribuido a la escasa difusion de su utilidad, pero ademá s puede haber otros factores que contribuyan a su escasa implantació n, como el hecho de que el mé dico hospitalario no esté habituado al manejo de problemas relacionados con la conducta de pacientes consumidores de alcohol y drogas, las dificultades de coordinació n en un asunto que puede requerir el concurso de diversos colaboradores (mé dicos, psicó logos, trabajadores sociales, enfermeras, etc.…”