“…Ambos casos se presentan con mayor frecuencia cuando se asocian al síndrome antifosfolípido (SAF), especialmente cuando en éste hay presencia de anticuerpos anticardiolipinas y, en menor proporción, cuando hay anticoagulante lúpico [10][11][12] . El SAF es parte de una condición clínica llamada trombofilia, que puede definirse, en general, como una predisposición, hereditaria o adquirida, para la aparición de trombosis venosa recurrente que, en ocasiones, se presenta en sitios inusuales del organismo [13][14][15][16] .…”