“…Así, en caso de prohibir el funcionamiento de los zoológicos, los especímenes que se encuentren en su interior tendrían que ser recuperados por las autoridades ambientales de cada región, que cuentan con muy limitados centros especializados de manejo, donde hay bajas capacidades de carga, por lo que con frecuencia presentan sobrepoblación, que compromete el bienestar de los animales (Ferreira et al, 2023). Ante dicha situación, las autoridades, motivadas además por la presión social, podrían recurrir a la liberación de los animales, con graves consecuencias no solo para estos, sino también para las poblaciones naturales, la capacidad de resiliencia de los ecosistemas y para la misma especie humana en términos de zoonosis (Estrada et al, 2023).…”