El lavado broncoalveolar (LBA) se describió hace aproximadamente 50 años, y desde ese momento se ha venido empleando cada vez con más frecuencia, llegando a ser uno de los métodos de elección para hacer el diagnóstico microbiológico de las infecciones respiratorias bajas, pues facilita la identificación de patógenos oportunistas y no oportunistas. Su uso se incrementó paralelamente con el número de pacientes inmunocomprometidos, sobre todo a causa del SIDA y los trasplantes, situaciones en las que con frecuencia los pacientes padecen infecciones pulmonares por gérmenes oportunistas. El LBA es un procedimiento seguro que permite obtener muestras que aportan información amplia de las características celulares y microbiológicas del tracto respiratorio inferior. Para garantizar su utilidad es fundamental que la recolección, transporte, almacenamiento y procesamiento de las muestras sean óptimos. El análisis de las muestras se hace por técnicas convencionales para identificación de microorganismos, como sonlas tinciones y el aislamiento en medios de cultivo, y por otros métodos tales como la inmunofluorescencia, pruebas inmunológicas para la detección de antígenos y anticuerpos, y pruebas de biología molecular. En la presente revisión, se hace una actualización sobre el procedimiento de obtención, almacenamiento y transporte de las muestras de LBA, así como de las técnicas de diagnóstico microbiológico más utilizadas para identificar los principales agentes infecciosos asociados con enfermedades del tracto respiratorio inferior.