Sólo podemos pensar mediante signos como las metáforas: procesos semióticos que vinculan varios objetos con ayuda de una evocación basada en la semejanza. “La acción motriz, punta de lanza de la educación física” es una de las metáforas favoritas de Pierre Parlebas, y no le falta razón. Su exploración mediante la lógica triádica de Peirce permite avanzar en el conocimiento de los tres símbolos fundamentales de nuestro ámbitos: la educación física, entendida como práctica de intervención motriz dirigida por legítimas aspiraciones transformadoras; la acción motriz, entendida como punto de encuentro de las conductas motrices que se quieren modificar y las intenciones educativas que les dan valor; y la praxiología motriz, entendida como respuesta a la necesidad que los motricistas tenemos de anticipar y organizar correctamente los efectos esperados de las practicas motrices y los efectos deseados en los proyectos educativos. Pragmatismo y praxiología motriz tienen mucho que aportar a la educación física, aunque sólo sea la excusa para conectar a dos pensadores brillantes que cruzaron los límites marcados por sus respectivos siglos para ir más allá de las herencias recibidas.