2021
DOI: 10.32854/agrop.v13i12.1893
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Productive behavior of sheep fed with soy (Glycine max L.) forage

Abstract: Objective: To evaluate the productive behavior of Creole sheep in the tropics fed a whole food diet that includes soybean (FS, Glycine max) fodder at different phenological stages. Methodology: The treatments T1: control, T2: 30% (SF-56 d), T3: 30% (SF-68 d), T4: 30% (SF-85 d), T5: 30% (SF-110 d) were assigned randomly to 30 male Creole sheep (15.51±1.6 kg LW). The experiment lasted 56 d. The variables evaluated were: dry matter consumption (DMC), daily weight gain (DWG) and feed conversion (FC). The experimen… Show more

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“…En la alimentación de rumiantes, las leguminosas forrajeras utilizadas como suplemento en dietas de baja calidad, solas o asociadas con gramíneas, en los periodos de escasez han demostrado mantener o incrementar la ganancia diaria de peso (González et al, 2012;Reyes et al, 2012;Torres et al, 2020) y producción de leche (Azzaz et al, 2016;Castro-Montoya et al, 2019). Las leguminosas forman parte de los ecosistemas naturales y cultivados (Fraile et al, 2007;Garduza-Acosta et al, 2020), tienen la habilidad de establecer una relación simbiótica con bacterias del genero Rhizobium, lo que permite la fijación de nitrógeno atmosférico al suelo (Gulwa et al, 2018;Pratap et al, 2021), son vitales en la resiliencia a los efectos del cambio climático y participan en la seguridad alimentaria (Liew et al, 2014); sin embargo, la adopción y establecimiento de praderas de leguminosas forrajeras y su uso en la alimentación del ganado es poco común en México (Schultze-Kraft et al, 2018), debido al desconocimiento o falta de información sobre el manejo agronómico, como es el caso de la densidad de población de especies de calidad, adaptadas a las condiciones edafoclimáticas del trópico seco (Enríquez y Quero, 2006;Sosa et al, 2008).…”
Section: Introductionunclassified
“…En la alimentación de rumiantes, las leguminosas forrajeras utilizadas como suplemento en dietas de baja calidad, solas o asociadas con gramíneas, en los periodos de escasez han demostrado mantener o incrementar la ganancia diaria de peso (González et al, 2012;Reyes et al, 2012;Torres et al, 2020) y producción de leche (Azzaz et al, 2016;Castro-Montoya et al, 2019). Las leguminosas forman parte de los ecosistemas naturales y cultivados (Fraile et al, 2007;Garduza-Acosta et al, 2020), tienen la habilidad de establecer una relación simbiótica con bacterias del genero Rhizobium, lo que permite la fijación de nitrógeno atmosférico al suelo (Gulwa et al, 2018;Pratap et al, 2021), son vitales en la resiliencia a los efectos del cambio climático y participan en la seguridad alimentaria (Liew et al, 2014); sin embargo, la adopción y establecimiento de praderas de leguminosas forrajeras y su uso en la alimentación del ganado es poco común en México (Schultze-Kraft et al, 2018), debido al desconocimiento o falta de información sobre el manejo agronómico, como es el caso de la densidad de población de especies de calidad, adaptadas a las condiciones edafoclimáticas del trópico seco (Enríquez y Quero, 2006;Sosa et al, 2008).…”
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