Partiendo de la aparente anacronía del orgulloso milpero Don Bartolo, de las evidencias de su atraso y su supuesto subdesarrollo, Jean Robert traza en este texto un camino dirigido a deconstruir tales evidencias y las falacias que le constituyen. Recorre este camino entrecruzando la crítica histórica con las nociones claves a través de las cuales la modernidad ha pretendido colonizar la otredad, tales como productividad, progreso y desarrollo, con reflexiones agudas a partir de los aprendizajes que el hacer de Don Bartolo ha sembrado en el autor. El concepto moderno de producción surgió cuando ésta fue redefinida como la fuente del valor, la cual genera valores de cambio que, a su vez, se expresan integralmente en dinero. En consecuencia, la economía se redefinió como la dependencia de la existencia humana sólo del valor abstracto. Esto implica también una nueva definición de la subsistencia –desligada de toda herencia cultural– como la supervivencia sociobiológica del productor individual bajo condiciones de la acumulación de capital.